QUIENES SOMOS


Los inicios se remontan al curso 2008-2009 en el que el I.E.S. Doctor Fernández Santana de Los Santos de Maimona (Badajoz) participó en el P.A.S.E. (Plan de Alfabetización Social y Emocional), programa de carácter experimental organizado por la Consejería de Educación de la Comunidad Autónoma de Extremadura. Dieciséis profesores de dicho centro se implicaron directamente en este programa y cada uno de ellos escogió al menos a un alumno al que tuteló durante el año académico. Los estudiantes elegidos se caracterizaban en unos casos por su escasa motivación hacia los estudios y en otros por su baja autoestima o incluso por una difícil relación con sus padres. A la vez, la comunicación entre los profesores y los padres de los alumnos acabó dando lugar a la formación de una escuela de padres (organizada con ayuda de la A.M.P.A.) a la que estos últimos se comprometieron a asistir una vez a la semana. Los profesores participantes siempre hemos considerado que el programa debe prolongarse durante los siguientes cursos académicos, ya que estimamos que la labor emprendida hace unos meses no ha hecho más que empezar y que aún nos quedan muchas cosas por hacer. Por su parte, los alumnos incluidos en el programa y sus padres no hacen más que animarnos a continuar con este trabajo y a prolongarlo en el futuro. El compromiso que con ellos adquirimos y la ilusión con la que todos estamos desarrollando el proyecto nos ha llevado en el presente curso a formar parte de la Red de Escuelas de Inteligencia Emocional de Extremadura. A su vez, este blog pretende ser un vehículo de expresión para todas las personas que participan en nuestro proyecto, padres, alumnos y profesores. Con él deseamos también dar a conocer las actividades desarrolladas en nuestra escuela de inteligencia emocional.
La inteligencia emocional es indudablemente un aspecto fundamental en toda labor pedagógica. No debemos olvidar que en los últimos tiempos, la sociedad española viene manifestando una creciente preocupación por el sistema educativo, una inquietud de la que también suelen hacerse eco los medios de comunicación. A menudo nos referimos al elevado porcentaje de estudiantes que no logran adquirir las competencias básicas y que, en consecuencia, no terminan la ESO. Alumnos desmotivados, profesores quemados, conflictos en el aula, escasa comunicación entre padres y docentes; se trata, sin duda, de problemas cada vez más extendidos en la comunidad educativa.
Por su parte, la ampliación de la enseñanza obligatoria hasta la edad de dieciséis años, establecida en la LOGSE, ha hecho que acudan a los centros de enseñanza alumnos que antes no llegaban, con frecuencia adolescentes que ya en la escuela han mostrado dificultades en el aprendizaje y para quienes la enseñanza ofrece precarios atractivos. A ello se le suma, probablemente, nuestra condición de sociedad rica y acomodada, donde se premia pobremente el esfuerzo y donde no pocas veces se sobreprotege al niño y al adolescente.
Ante tales circunstancias, el profesor de secundaria se ve obligado a echar mano de instrumentos pedagógicos y psicológicos cada vez más complejos, de recursos en los que posiblemente ni siquiera ha sido formado. A la vez, se hace imprescindible un trato cada vez más frecuente, directo y colaborador entre éste y los padres de los alumnos, así como una coordinación efectiva entre los docentes.
Nuestra escuela de inteligencia desea justamente dotar a padres y a profesores de herramientas tan necesarias y, a la vez, convertir la inteligencia emocional en una línea conductora que vertebre el aprendizaje de los adolescentes y lleve a buen puerto su proceso de maduración personal y afectiva.

           Ya han pasado casi cinco años y, después de todo éste tiempo, seguimos a vueltas con la Inteligencia Emocional...